Al referirnos a competencias blandas, transversales o actitudinales, nos estamos refiriendo a habilidades y cualidades personales, útiles para lograr un desempeño exitoso y diferenciador, en el contexto laboral.
Las competencias transversales son aquellas que explican la diferencia entre un gran trabajador y un trabajador excelente cuando ambos cuentan con formación académica y técnica similar.
A diferencia de la segunda mitad del siglo XX, en la actualidad, resulta bastante normal tener por lo menos un titulo universitario. Hay quienes podrían disponer de dos y más títulos, adicionalmente, algunas de estas personas podrían también tener en su haber diplomados y certificaciones de diversa naturaleza. Igualmente podría resultar normal encontrar y conocer a personas con títulos de postgrados y más allá.
En la revista “DINERO” de fecha mayo 2018 – titulada LAS MEJORES UNIVERSIDADES – editada y producida por y para Colombia, se habla de que en Bogotá existen más de cien universidades. Obviamente para que existan tal número de universidades tiene que existir un mercado de tal tamaño que motive a algunos inversionistas y a otros a participar – como negocio – en el sector educativo universitario.
Siendo esta una indiscutible realidad, resulta muy lógico que exista un importante número de egresados en las diversas áreas de formación a las que se dedican dichos centros de formación.
El cuadro anterior, resulta relativamente similar a la realidad de muchos otros países de nuestro continente latinoamericano. Es decir, el número de universidades y en consecuencia de estudiantes y egresados no es comparable con nuestra realidad de las últimas décadas del siglo pasado.
Esta realidad ha impactado y cambiado de fondo la dinámica diaria en los contextos organizacionales. Amén de la evolución vertiginosa de la tecnología, la cual se ha convertido en la principal variable diferenciadora en materia de productividad.
Con respecto a los nuevos profesionales, el sueño para muchos y el objetivo para otros, es lograr ser contratado por una excelente organización que les brinde la oportunidad de desarrollarse y disfrutar de las bondades propias que debería disfrutar un exitoso profesional. Sin embargo, la realidad podría hacerlos aterrizar, de una forma increíblemente rápida, y en consecuencia comenzar a vivir una situación muy distinta a la soñada.
Una forma de entender la previa afirmación es, estar consciente de que el promedio (alto o bajo) con que el nuevo profesional egresa es el resultado de su desempeño individualísimo. Dicho puntaje debería reflejar el esfuerzo y logro alcanzado durante el tiempo que duró sus estudios universitarios. Dicho promedio habla del nivel de dominio que posee el exestudiante de la información recibida convertida en conocimiento.
Resulta que, en la actualidad, la competencia con la que se encuentran los nuevos profesionales cada día es más grande, más numerosa. Por lo tanto, la cualidad de ser egresado de una universidad cada día deja de ser una variable diferenciadora realmente significativa. Se podría pensar que, siendo esto una indiscutible realidad, la posibilidad de diferenciarse seria lograr un excelente promedio y hasta una mención honorifica. Cosa absolutamente digna de reconocimiento. Pero vuelvo y repito, ese promedio es un indicador del desempeño individual.
Cuando uno se pone en los zapatos de las personas que toman decisiones importantes en las empresas, donde se sueña trabajar, estas personas necesitan de profesionales que vayan mucho más allá de ese conocimiento académico. El conocimiento académico incuestionablemente es muy importante y necesario, pero cada día lo ofrecen más candidatos y cada día hay más profesionales necesitados y en la búsqueda de empleo.
Estas dos razones: primero, el gran número de egresados. Con diversos puntajes de promedio que hablan de su desempeño individual. Segundo, la necesidad en los equipos de trabajos laborales de disponer de la capacidad de saber interactuar, liderar, persuadir, tomar decisiones, negociar, flexibilidad, vender una idea, comunicar, escuchar, motivar, persistir, ser equipo…hace que las técnicas de selección de personal y criterios para mantener y ascender a la gente en las empresas, haya cambiado de forma significativa.
El termino “habilidades blandas” o mejor conocidos como “Soft Skill”, el día de hoy ha cobrado una importancia similar a los conocimientos técnicos y académicos. Consciente de esta realidad algunas universidades han comenzado a realizar algunas actividades formativas orientadas a los egresados y próximos a egresar, con la finalidad de ayudarlos a incorporarse con mayor probabilidad de éxito al mercado laboral.
Nosotros en Insight Grupo Consultor SAS contamos con una experiencia de 23 años apoyando a diversas empresas interesadas en fortalecer a sus equipos en las mencionadas habilidades. Situación que hoy nos permite entender con gran claridad las necesidades de nuestros clientes y en consecuencia poder desarrollar actividades de formación de diversa naturaleza, todas ellas apuntando al mismo objetivo: Fortalecer las Soft Skill
Rafael Arellano