¿Alguna vez te has preguntado por qué tus trabajadores están contigo? ¿Por qué trabajan para ti?
Si la respuesta es estrictamente por razones económicas, por el sueldo que les pagas o por los beneficios que reciben o que disfrutan…entonces deberías preocuparte. Existe una alta probabilidad que mañana ya no estén.
Los trabajadores al igual que los hijos, deberían estar un tiempo con nosotros, aprender, desarrollarse, compartir y disfrutar con nosotros, aportar sus conocimientos y trabajo y algún día independizarse. Ahora, el hecho que el trabajador decida irse de nuestra organización, no necesariamente debe significar que es o fue un mal trabajador.
Exactamente igual sucede con los hijos, lo más seguro es que un día decidan irse e intentar hacer una nueva vida en otro sitio, trabajar para desarrollar su propio proyecto de vida; esto lo harán haciendo uso de todas las experiencias, conocimientos, formación, cariño y correcciones que durante mucho tiempo nos aseguramos de darles. En el caso de los hijos, siempre seguirán siendo nuestros hijos. Algunos serán más cercanos, más agradecidos y expresivos que otros, pero siempre serán nuestros hijos. Como padres tendremos el tiempo para pensar que hicimos bien y que hicimos mal o por lo menos no tan bien.
Seria absurdo pensar en que, como algún día nuestros hijos se irán de nuestro lado, entonces mejor no le enseño, no lo cuido, no lo protejo, no invierto en él. Con los trabajadores sucede algo similar, debemos tener total claridad que un día se van a ir, y no por esa razón vamos a decidir no tratarlos bien, considerarlos, formarlos, colaborar en su desarrollo, hacer equipo con ellos, celebrar los triunfos y corregir los errores. Los grandes líderes se caracterizan por los equipos que construyen y por cuanto ayudan a cada uno de sus integrantes a desarrollarse.
En el caso de los trabajadores, al igual que los hijos, es posible que también un día regresen y quieran volver a ser parte de nuestro equipo. Algunos de los trabajadores que deciden irse tienen la oportunidad de conocer y vivir otras experiencias, otras realidades y finalmente deciden regresar mucho más conscientes de las fortalezas y debilidades que como equipo, como empresa, tuvieron la oportunidad de vivir junto a nosotros.
Algunos o muchos de los trabajadores sencillamente no regresarán, pero el hecho que no regresen no significa que necesariamente lo hicimos mal como líderes o como empresa. Dependiendo de cómo haya sido la experiencia vivida, algunos se sentirán orgullosos de lo que aprendieron mientras estuvieron con nosotros y permanentemente hablarán de su casa (empresa), y mencionarán hasta la saciedad “en la empresa de dónde vengo las cosas se hacían de tal manera…”Expresión que hay que cuidar, ya que, llevada a la saciedad comienza a no ser bien vista por muchos de los nuevos compañeros.
Sugerencia para ti como gerente, director, dueño o jefe:
Ten muy presente que, en el contexto organizacional algunas cosas afectan de manera directa los niveles de Insatisfacción de los trabajadores. Y otro tipo de cosas afectan los niveles de Satisfacción. Dicho en otras palabras, las cosas que generan satisfacción son distintas a las que generan insatisfacción.
Me explico, todo lo que aporte la empresa a sus trabajadores afectará y definirá los niveles de Insatisfacción. Ahí entra todo lo estrictamente material. Por ejemplo: sueldo, beneficios socio-económicos, equipos de trabajo, tecnología, ergonomía, infraestructura, tipo de trabajo, condiciones de seguridad física… Cada uno de esos elementos, en general, los recibe de igual o similar manera todos los trabajadores de una misma empresa.
Dependiendo de cuan presentes estén estos elementos, los trabajadores experimentarán mayores o menores niveles de Insatisfacción. A este tipo de necesidades se da respuesta a través de la aprobación de recursos económicos orientados a adquirir o mejorar los aspectos que se perciban como deficientes.
Por otra parte, como bien sabemos, no son pocos los casos de trabajadores que deciden renunciar a sus trabajos a pesar de gozar de excelentes condiciones laborales (del tipo de las que me acabo de referir). Elementos conocidos como “Factores Higiénicos” según la teoría de Herzberg.
Exactamente igual sucede con los hijos. El hecho de que usted le ofrezca las mayores y mejores comodidades materiales en su casa no es garantía que éste quiera quedarse ni comportarse como un buen hijo.
Entonces, donde está la clave para que exista un real compromiso con la empresa, con el trabajo, con los líderes o superiores. ¿En el caso familiar, cómo hacer para aumentar la probabilidad de que exista en nuestros hijos mayores niveles de compromiso con la familia, con sus padres, con su casa materna, con los suyos?
La clave pareciera estar en los elementos asociados a la Satisfacción. Estos elementos son de naturaleza personal-blanda, por lo tanto, no los puede garantizar ni lograr vía decreto la alta gerencia. El compromiso no se decreta. En lo organizacional también conocemos de casos de personas que, aunque no disfrutan de las condiciones económicas que pudieran anhelar, deciden quedarse en la empresa donde están. Y esto no tiene nada que ver con falta de aspiraciones, de seguridad, de valía personal. Tiene que ver con los niveles de Satisfacción que la persona experimenta en su cotidianidad laboral.
¿Cómo mejorar los niveles de Satisfacción en el trabajo?
Son varios y diversos los aspectos a trabajar. Por una parte, tiene que ver en esencia con entender a nuestros colaboradores como seres humanos que tienen necesidades que van más allá de lo estrictamente material. En este sentido, el respeto a la persona es un factor fundamental. Respetar a alguien es algo similar a tratarlo como a uno le gustaría ser tratado. Actualmente se le conoce con el termino Empatía.
Resulta casi increíble que, a pesar de estar prácticamente en la segunda década del siglo XXI, no son pocas las organizaciones que tienen una visión muy Tayloriana (1856 – 1915) acerca de su gente, pareciera que para ellos fueran unas piezas de máquinas útiles para su proceso productivo. Y en función de esta visión les tratan. A mi manera de ver, con una clara falta de respeto al ser humano que nos brinda sus servicios. Situación que atenta contra el compromiso personal y tarde o temprano nos pasará factura.
En este sentido, serán clave los aspectos que lo trabajadores perciban y reconozcan, más allá de lo que la organización declare que brinda. Por ejemplo:
- Desarrollo y formación profesional
- Trato respetuoso como persona y profesional
- Confianza, lo cual debe traducirse en delegación
- Facilitar condiciones para el Compañerismo y trabajo colaborativo
- Comunicación abierta en ambas direcciones
- Reconocimiento a logros alcanzados – estimular y premiar la excelencia
- Inspiración para la consecución de retos
Toda organización que brinde una plataforma atractiva asociada a los aspectos de tipo material (Factores Higiénicos) y además tenga claras fortalezas en los aspectos blandos (Factores Motivadores asociados a la Satisfacción), corre el gran riesgo que sus trabajadores deseen quedarse y hacer una larga y comprometida vida laboral en nuestras organizaciones.
Rafael Arellano